Juan Tarquino, un pedagogo que transforma el arte y la educación desde el drag

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Foto Juan Tarquino

Juan Tarquino, egresado de la Licenciatura en Artes Escénicas de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), recuerda con cariño y nostalgia sus primeros pasos en la institución. Fue parte de la primera cohorte de la carrera en 2001, un momento en el que este programa estaba dando sus primeros pasos. “Entré a la Universidad sin una idea clara de lo que quería hacer, pero con la certeza de que quería aprender a escribir”, comenta Juan. Sin embargo, lo que encontró fue mucho más que eso: una formación integral que lo llevó a descubrir su vocación como profesor y como artista drag.

A lo largo de su trayectoria, Juan ha transitado por diversas instituciones educativas, trabajando con poblaciones de todos los niveles y contextos. Su experiencia no se limitó a Colombia; vivió cuatro años en Argentina, donde aplicó los saberes adquiridos en la UPN y exploró nuevas formas de expresión artística. A su regreso al país, incursionó en el mundo del drag, un arte que combina teatro, juegos de roles y exploración de géneros. “El drag es un arte profundamente pedagógico”, afirma Tarquino, quien ha logrado fusionar su formación como profesor con su pasión por la actuación, la escritura y la dirección.

Actualmente, Juan es el director de Dragmáticas, una compañía que busca llevar el drag más allá de los espacios nocturnos tradicionales y posicionarlo en escenarios culturales y educativos. Con apenas cuatro años de existencia, ha logrado consolidarse como un referente en la escena artística colombiana, promoviendo la diversidad y la inclusión a través de apuestas innovadoras y talleres de formación.

Entre sus proyectos más destacados se encuentra Obsesión 4:15, una obra escrita en Argentina que tardó 20 años en materializarse y que finalmente vio la luz gracias al trabajo de esta compañía. Otro proyecto significativo es Villa Arruga, un caballo de Troya que ha entrado en los hogares colombianos para hablar de diversidad y romper estereotipos.

Recientemente, ha presentado La Corona, una obra en la que drags compiten contra actores y actrices reconocidos. Este montaje ha sido un éxito rotundo, llenando teatros y demostrando que el arte diverso tiene un lugar importante en la cultura colombiana. “Nos hemos convertido en un sello de calidad”, comenta Juan con orgullo. “El público nos responde de una manera increíble, algo que no es común en un país como Colombia”, agregó.

Aunque Juan ha encontrado en el drag una forma poderosa de expresión, no ha abandonado su vocación como pedagogo. A lo largo de los años, ha llevado su arte a las aulas, dejando una huella en sus alumnos y aprendiendo de sus estudiantes. “No he sido infiel a la pedagogía”, dice con una sonrisa.

Juan tiene un mensaje claro para los estudiantes y maestros en formación de la UPN: “Este país se cambia a partir del arte y la educación”. Reconoce que la realidad laboral puede ser desafiante, pero insiste en la importancia de mantener viva la pasión por la pedagogía. “Colombia es un país con características particulares, pero mientras podamos crear un eco transformador, vamos a resistir y a construir un futuro mejor”.

Finalmente, incita a toda la comunidad a apoyar los espacios queer y diversas iniciativas artísticas. “La invitación es a seguir creando espacios donde el arte y la diversidad puedan florecer”, concluye. “Apoyemos juntos estos proyectos, porque crecemos más fuertes cuando lo hacemos en comunidad”.

Este maestro es un ejemplo vivo de cómo la pedagogía y el arte pueden converger para transformar vidas y construir un país más inclusivo y consciente. Su trabajo y su compromiso con la educación son un legado que inspira a las nuevas generaciones.