Con el respaldo del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, los proyectos Sonidos para la Construcción de Paz y Danza y Movimiento por la Paz transforman la realidad social en instituciones educativas de todo el país
Durante los días martes 6, miércoles 7 y jueves 8 de mayo se llevó a cabo en el Museo Nacional el Encuentro Interuniversitario del programa Sonidos para la Construcción de Paz. Esta iniciativa reúne a universidades de diferentes regiones para compartir experiencias, resultados e impactos del proyecto. En el marco del evento, se socializaron cifras significativas y testimonios sobre cómo la música ha fortalecido dinámicas de convivencia y reconstrucción del tejido comunitario.
En este mismo espacio, se presentó el informe de avance del proyecto Danza y Movimiento por la Paz, una propuesta que, desde la danza, impulsa procesos de reconciliación y diálogo en contextos marcados por problemáticas sociales complejas. A diferencia del enfoque musical, esta iniciativa resalta la potencia del cuerpo como vehículo de transformación: se trabaja de manera sensible y educativa con comunidades escolares para fomentar la convivencia mediante el movimiento.
El equipo encargado de presentar este proyecto estuvo conformado por Daniel Villamizar, encargado de Comunicaciones; Mireya Escobar, Coordinadora Psicosocial, Diana Rodríguez, Coordinadora Pedagógica; y Jaime Barragán, Investigador. Expusieron los componentes metodológicos, pedagógicos y comunitarios de la propuesta. En palabras de un docente participante: “Cuando los niños bailan y hacen música, se imaginan otros mundos posibles; dejan de pensar en una realidad difícil y comienzan a creer en la alegría”, a raíz de esto, se marca la importancia de utilizar el arte, los sonidos y la danza para transformar contextos sociales.
Estas iniciativas consolidan el compromiso de la academia con la construcción de paz desde el arte. Universidades de todo el país coinciden en que llevar danza y música a escenarios con problemáticas sociales fuertes, ha generado nuevas formas de convivencia, sueños y sentidos compartidos. El proceso continúa: desde cada territorio, la educación artística sigue abriendo caminos de esperanza.
