Danza y Movimiento: Semillas de Paz que Brotan del Cuerpo

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A través del programa Artes para la Paz, el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y la Universidad Pedagógica Nacional impulsan un proceso de formación artística que, a través de la danza, siembra esperanza, resiliencia y tejido social en los territorios más afectados por el conflicto. 

Esta experiencia hace parte del programa Danza y Movimiento para la Paz, una estrategia nacional que articula saberes, territorios, interculturalidad y pedagogía para promover Culturas de Paz mediante la expresión corporal. Con el respaldo del Ministerio de Educación Nacional y en el marco del Programa de Tutorías para el Aprendizaje – PTAFI 3.0, el componente de danza se integra como un eje transformador dentro de la formación integral de niños, niñas y adolescentes en 130 instituciones educativas, distribuidas en 118 municipios de 19 departamentos. 

En los encuentros realizados, cada juego de equilibrio, cada respiración consciente y cada paso danzado ha sido una puerta para que niños y jóvenes redescubran su cuerpo como territorio de memoria, resistencia y expresión. 

El enfoque pedagógico que sustenta este proceso reconoce la danza como un «acontecimiento» vivo, en donde se configuran comunidades de práctica. A través de experiencias artístico-danzarias estructuradas con rigor metodológico, se promueve la formación de sujetos críticos, creativos y profundamente conectados con su identidad y su entorno. Esta propuesta, desarrollada por Artistas Formadores —quienes además cursan el diplomado Prácticas Artísticas y Culturales para la Vida y la Paz—, da protagonismo a la vivencia, al intercambio cultural y al diálogo entre saberes. 

Un proceso de construcción social y cultural 

Enmarcado en los Ejes de Desarrollo Artístico como Cultura de Paz y Formación desde la Interculturalidad, el proyecto contempla no solo la formación artística, sino también la circulación de saberes. En total, se desarrollarán 50 muestras artístico-danzarias en todo el país, cinco por cada nodo territorial, como expresión viva del proceso formativo. Estas muestras permitirán visibilizar el impacto del arte en la vida de los jóvenes y sus comunidades. 

Este esfuerzo contempla no solo la puesta en escena, sino también su preparación integral: desplazamientos, alimentación, hospedaje, y garantías de bienestar para todos los participantes. Además, se generan productos clave como planeadores pedagógicos, sistematizaciones de experiencias, documentos de análisis y memoria audiovisual de alta calidad, que evidencian los avances y transformaciones logradas. 

Una apuesta por la transformación desde el arte 

La implementación del Centro de Interés en Danza impactará directamente a más de 13.000 niños, niñas y adolescentes, con un alcance indirecto aún mayor que incluye a familias, docentes, equipos directivos y agentes comunitarios. Se priorizan territorios PDET y ZOMAC, así como población víctima del conflicto armado, haciendo de este proyecto una herramienta poderosa para el fortalecimiento del tejido social y la construcción de paz desde lo simbólico y lo sensible. 

A pesar de algunos encuentros aplazados, la acogida de los estudiantes ha sido entusiasta y conmovedora. Las expresiones de alegría, calma y esperanza que emergen de cada encuentro son prueba de que el cuerpo también puede narrar, sanar y reconstruir. Cada niño y niña que danza, cada joven que se expresa en movimiento, es una semilla de paz que brota con fuerza desde el alma de su territorio. 

Gracias al compromiso del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y la Universidad Pedagógica Nacional, la danza se expresa como un acto de vida, un abrazo colectivo que transforma, conecta y dignifica.