Nuevas especies de escarabajos se descubren y registran gracias al trabajo investigativo de egresado de la UPN  

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Angelo Ávila, egresado de la Licenciatura en Biología de la Universidad Pedagógica Nacional, ha convertido el Museo de Historia Natural de la educadora de educadores, en su espacio predilecto de investigación y formación, estudiando diferentes procesos en las colonias vivas y realizando la curaduría de su colección entomológica. “Allí se incrementa parte de ese gusto que ya tenía en mi infancia por los insectos, ahora desde una perspectiva más académica y organizada, gracias a los diferentes profesores y a los estamentos que tiene la Universidad”, explicó Ávila.  

El amor por la enseñanza es una herencia de su madre y su tía, e incluso de otras y otros familiares, quienes, al ser maestras y maestros, en algunos casos también de la UPN, generaron un entorno que siempre ha estado permeado por la pedagogía y por la necesidad de impactar a otras personas impartiendo conocimiento, en su caso relacionado con ciencia y biología.  

Empezó a descubrir su atracción por los insectos, y ahondó su conocimiento sobre los escarabajos de antenas largas, sistematizando aquellos que habitan en el bosque de niebla del Parque Natural Chicaque.  “Logré registrar cinco nuevas especies y 204 nuevos registros departamentales, además de 15 nuevos registros de especies para Colombia, y gracias a estos resultados y otros se me otorgó una distinción laureada para mi trabajo de grado”, puntualizó.  

Más adelante tuvo acceso a una beca del Fondo de Conservación Internacional de Canadá para viajar a la Cuenca amazónica de Perú y allí estuvo durante 6 meses como apoyo en investigación para diferentes proyectos de genómica en insectos, particularmente con escarabajos coprófagos y de antenas largas en ámbitos ecológicos, etológicos y taxonómicos, logrando otros hallazgos interesantes para dicho país suramericano.  

Gracias a la formación recibida, siempre ha tenido presente el componente pedagógico, pues, tras realizar determinadas investigaciones, se preocupó por no dejar los resultados en un papel, trascendiendo en diferentes elementos y materiales para el conocimiento del público. “La gratificación viene de lo pedagógico, al tener un contacto con diferentes personas en diferentes niveles educativos y conversar de lo bonita que puede ser la biología, expresando amor por lo académico, pero también por el enseñar, por el gusto de descubrir”, dijo Angelo. 

Posteriormente, contó con la oportunidad de desarrollar una práctica educativa en el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, que dejó como resultado de investigación la elaboración de una cartilla en la cual se enseña cómo llenar un cuaderno campo a todos aquellos que exploran la naturaleza y que necesitan consignar sistemáticamente sus hallazgos.  

Su sueño a corto plazo es ser docente universitario, para continuar resaltando la riqueza natural de nuestro país desde las aulas, por lo que quiere cursar un posgrado y seguir escribiendo artículos de investigación con el fin de que las puertas se habrán para alcanzar esta meta. 

“Soy hijo de esta casa, del Museo de Historia Natural que ha formado a tantas personas interesadas en los insectos y que ha aportado a Colombia y su biodiversidad”, concluyó Angelo.