Ser madre en la UPN: Historias de amor, resiliencia y apoyo institucional

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Mayo, el mes que celebra a las madres, nos invita a exaltar a aquellas mujeres que, dentro de nuestra Universidad, llevan con orgullo y dedicación el doble rol de ser profesionales y mamás. En la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), la maternidad se vive con desafíos, pero siempre con el respaldo de una comunidad que enaltece este rol.


Algunas funcionarias de la UPN comparten sus experiencias, revelando cómo han equilibrado sus vidas laborales y personales, y cómo la institución ha sido un pilar en este camino.


Graciela Fernández, quien ingresó a la UPN hace 30 años trabajando en el restaurante y cafetería, recuerda su maternidad en el 2000 como un gran reto «fue un embarazo de alto riesgo, pero logré salir adelante gracias a Dios y al apoyo laboral. La estabilidad que me dio la Universidad me permitió ofrecerle a mi hijo todo lo que necesitaba», dijo. Para ella, ser madre y cabeza de hogar ha sido un camino difícil pero gratificante, donde la UPN no solo fue un empleo, sino una oportunidad para construir un futuro seguro a Nicolás, su hijo de 24 años.


Sindy Arias, miembro del equipo de trabajo del Comité Interno De Asignación Y Reconocimiento de Puntaje (CIARP), mamá primeriza de una bebé de ocho meses y funcionaria desde hace trece años, destaca el valor de los apoyos institucionales: «Es una experiencia indescriptible. La Universidad nos da ese tiempo para estar con nuestros hijos, y el respaldo de los compañeros hace todo más llevadero», expresó.
Reconoce que, aunque la maternidad es retadora, especialmente al terminar la licencia, la flexibilidad de la UPN le permite equilibrar ambos roles sin sacrificar ninguno: «No es fácil, pero aquí podemos seguir siendo mujeres, mamás y profesionales», concluyó.


Lorena Sandoval, mamá de Matías y colaboradora en la UPN desde hace 15 años, valora las políticas que facilitan la crianza: «El teletrabajo y la alternancia han sido claves. Cuando terminó mi licencia, poder estar unos días en casa y otros presenciales hizo la transición menos dura», dijo.
Además, resalta beneficios como la Escuela Maternal (sección de educación inicial), y la posibilidad de que los hijos ingresen al Instituto Pedagógico Nacional, lo que considera un apoyo invaluable: «Siempre he sentido que la UPN es mi segunda familia», agregó.


Mayra Palacios, profesional asistencia del Grupo interno de Trabajo de Comunicaciones afirma sobre su experiencia de tres años en la UPN que lo que siente es agradecimiento, “tienes ese tiempo de estar con tu hijo, pero también cuentas con esa oportunidad de poder brindarle lo que necesita y de disfrutar estabilidad”, contó.


Las cuatro coinciden en que la permanencia laboral, la flexibilidad y el apoyo comunitario han sido esenciales para vivir la maternidad sin renunciar a sus sueños profesionales. Sus historias reflejan que, en la UPN, ser madre no es un obstáculo, sino una parte integral de una comunidad que cuida a sus miembros.


En este mes celebramos a todas las madres que, con su esfuerzo diario, demuestran que el amor y la vida laboral pueden crecer juntos, ejerciendo una maternidad deseada y respetuosa.