Porque los sueños se cumplen: ahora son licenciadas y licenciados en Educación Básica Primaria

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Culminar una carrera universitaria es un logro que marca la diferencia en la vida de todas y todos, y en el caso de cinco funcionarios de la Universidad Pedagógica Nacional que se graduaron de la Licenciatura en Educación Básica Primaria, es muestra de la persistencia y la disciplina que se requiere para alcanzar la meta sin dejar de lado todas las responsabilidades familiares y laborales.  

Hace un tiempo llegó a su correo electrónico una comunicación que sin duda le cambiaría el rumbo a su destino, pues allí daban a los colaboradores de la institución la posibilidad de ingresar a este programa, ofreciendo apoyo a nivel económico y logístico por parte de la Institución, lo que facilitó que el proceso culminara de manera exitosa. 

Víctor Orlando Castro, trabajador oficial del área de Servicios Generales, quien realiza el mantenimiento eléctrico en la educadora de educadores, cuenta que hace un tiempo empezó a cursar la Licenciatura en Electrónica pero, desafortunadamente por razones económicas y familiares, no pudo culminar estos estudios y se detuvo en el cuarto semestre. El anhelo de estudiar siguió vigente y posteriormente se presentó la oportunidad de realizar su pregrado. Se inscribió el último día de plazo y compró el PIN con el dinero que un compañero de trabajo le prestó. “Lo hice más por curiosidad y me fascinó, ese primer semestre fue muy importante para nosotros, fue interesante. Conocimos a los profesores de matemáticas y de español, a una docente que nos enseñó a hablar de discapacidades, aprendí sobre lo que representan los alumnos en el aula y me empecé a enamorar de la pedagogía”, relató Víctor.

  

Luego de todo este proceso, este grupo de trabajadoras y los trabajadores fueron reconocidos por su desempeño en las prácticas, pues las herramientas y conocimientos adquiridos fueron aplicadas en aulas de distintas zonas rurales y urbanas del país, despertando la pasión por aprender y el cariño de los estudiantes, quienes no querían que las y los ahora licenciados dejaran de enseñarles las diferentes asignaturas.  

Yuli Jiménez, funcionaria del Departamento de Matemáticas, le apostó a la formación de la Casa Grande de la Pedagogía y culminó este programa. Su deseo siempre fue ser profesora, pero debido a algunas situaciones lo pospuso casi 10 años mientras se dedicaba a ser mamá hasta que, posteriormente cuando ingresó a laborar a la Universidad, se dieron las condiciones para lograr este objetivo. “Fue una decisión que tomé porque ya había un gusto y un interés. Lo más motivador de haberme graduado es escuchar a mis tres hijas decir que se sienten orgullosas de su mamá y que están emocionadas porque yo les puedo enseñar a otros niños, como lo hago con ellas en casa”, contó sobre su experiencia. 

 

Para ellas y ellos la UPN se convirtió en un lugar de transformación, en donde han tenido la posibilidad de crecer a nivel personal y laboral, ampliando y modificando sus perspectivas de vida. Ahora, tienen la expectativa de poner en práctica todo su conocimiento y desde las aulas aportar al cambio de la realidad del país, brindando una formación de calidad.   

Bernardo Herrera Molina trabaja desde el año 2016 en la Licenciatura en Biología como supernumerario. Cuando ingresó a laborar a la UPN tuvo la posibilidad de interactuar con los estudiantes, apoyándolos y orientándolos en algunos procesos administrativos. Este lazo que a través del ejercicio de sus labores formó con los alumnos, llamó su atención y lo llevó a ingresar a esta Licenciatura, ya que la educación y las nuevas generaciones empezaron a hacer parte de sus inquietudes más profundas. “Me queda la satisfacción de lograr un título profesional. Ya me había formado como tecnólogo, pero desafortunadamente en esa ocasión no pude terminar, fueron otras las prioridades. Tener esta oportunidad y llegar a graduarme fue una emoción supremamente grande”, puntualizó Bernardo. 

Esta historia demuestra que los sueños se cumplen cuando se trabaja con entereza por ellos, sin importar los obstáculos que se presenten durante el camino. En el caso de nuestros ahora licenciadas y licenciados, vemos la apuesta por un proyecto de vida que requiere la valentía necesaria para dejar huella en las nuevas generaciones.